jueves, 23 de octubre de 2014

TE VOY A CONTAR ALGO.......

Decidieron ganar, sabiendo que al ganar serían asesinados. Dieron una lección de coraje, de vida y de honor, que no encuentra otro caso similar en el mundo.

Durante la 2º guerra mundial, Ucrania era una de las repúblicas que formaban parte de la URSS. Kiev, la capital, fue ocupada por los alemanes, Una de las cosas que se prohibieron fué el futbol.

Año 1942, Josif Kordik, dueño de la Panadería Nº 3, que había sido seguidor del Dynamo de Kiev, almuerza en un restaurante cuando ve a Nikolai Trusevich, portero del equipo. La guerra ha obligado a disolver la formación y sus jugadores se han dispersado. Trusevich, hambriento y muerto de frío, ha salido de un campo de prisioneros y camina sin rumbo por las calles.
Viendo su estado le ofreció trabajo para limpiar la panadería.
Kordyk tuvo la idea de reunir a todos los antiguos jugadores del equipo. Con la ayuda de Trusevych, localizó a parte de los jugadores y les dio trabajo para ocultarlos de los alemanes, pero no pudo completar su equipo, así que también dio trabajo a algunos jugadores del Locomotiv,  recomendados por Trusevych .
Para evitar el acoso nazi, cambiaron el nombre de Dynamo por el de F.C. Start.

Los alemanes organizaban en los territorios ocupados, encuentros de fútbol para dar sensación de normalidad.
Así en la extraña liga creada en 1942 participaron seis equipos. Cuatro representaban a ejércitos del Eje. El quinto era el Rukh, formado por colaboracionistas locales, el sexto, el FC Start, que en el primer partido aplastó por 7 a 2 al Rukh. 
Sin querer, el Start se había convertido en símbolo de la resistencia. Jugando en un estadio pequeño y abarrotado siguió goleando sin piedad a sus rivales. El 6 de agosto se coronó campeón invicto humillando por 5 a 1 al Flakelf, el invencible seleccionado de la Luftwaffe. Al día siguiente los alemanes llenaron Kiev con carteles que anunciaban una revancha, que se jugaría dos días después.

El Flakelf, se preparó a conciencia sabiendo todo el prestigio que se jugaban, y llegó el gran día, el 9 de agosto de 1942, en el estadio Zenit, y con los palcos repletos de autoridades y mandos nazis, iba a comenzar un partido que sería conocido a partir de ese día como “El partido de la muerte”.
Ya en el vestuario, un nazi dice ser el árbitro y pone como condición esencial que el Start efectúe el saludo nazi, pero antes de empezar el partido, los jugadores saludan con la mano en el corazón ante el asombro de los presentes,
Los alemanes empiezan de forma agresiva para intimidar a los jugadores del Start ante la pasividad del árbitro. El Start despliega su juego y se llegó al descanso ganando por 3 a 1.
El comandante,  Eberhardt,  baja al vestuario local y tras decir a los jugadores del Star que Alemania nunca ha perdido en un territorio ocupado, advierte con su arma en la mano que ganar traerá consecuencias, pero eso no parece asustar al equipo que vuelve en el segundo tiempo con mas fuerza que nunca, y a pesar de las duras entradas, los ucranianos meterían 2 goles más. Casi al final del partido, cuando ganaban 5 a 3, un jugador llamado Klimenko quedó solo frente al portero alemán, lo regateó, y en lugar de meter gol, disparó hacia el centro del campo en un gesto de desprecio que hizo que la delegación alemana se retirase. EL destino estaba escrito.

Una semana después del partido, varios jugadores del fueron arrestados y torturados por la Gestapo,. Uno de los futbolistas, Mykola Korotkykh murió mientras era torturado. Los demás fueron mandados al campo de concentración de Syrets. Allí fueron asesinados Ivan Kuzmenko, Oleksey Klimenko, Mihael Keehl y el guardameta Mykola Trusevych, que murió con la camiseta puesta, en febrero de 1943.

Fedir Tyutchev, Mikhail Sviridovskiy y Makar Goncharenko, sobrevivieron hasta la liberación rusa. y sólo salvaron la vida jurando guardar silencio para siempre.Pero su leyenda crecía en Ucrania y en los años 60 salió a la luz.
Tras la caída de la URSS se conoció la verdad. Makar Goncharenko era el único miembro del FC Start que aún vivía y por fin pudo hablar. Poco antes de fallecer en 1996 conversó con el periodista inglés Andy Dougan, autor del libro “Dínamo: Defendiendo el honor de Kiev” (publicado en español).
El viejo lateral no se creía un héroe: “Mis amigos no murieron porque fueran grandes jugadores, murieron como tantos otros porque dos regímenes totalitarios se enfrentaron. Estábamos condenados a ser víctimas”.


En Ucrania, los jugadores del FC Start hoy son héroes  y su ejemplo de coraje se enseña en los colegios. En el estadio Zenit una placa dice: “A los jugadores que murieron con la frente en alto ante el invasor nazi”. Y quienes conservan una entrada del partido más triste de la historia tienen asegurado de por vida el pase gratis para alentar al Dínamo de Kiev. 


                                               MONUMENTO A LOS HÉROES

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