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Saludos a todos desde Chipre,
Justo a la mitad de mi estancia en Londres, he tenido que
desplazarme durante una semana a Paphos (Chipre). En este caso el motivo de mi
viaje es la asistencia y participación en una conferencia internacional en el
ámbito de la informática. En dicho evento, he tenido que realizar una
presentación de media hora al resto de asistentes describiendo la investigación
llevada a cabo durante los últimos meses (adjunto una foto del momento de la
presentación). No entraré en detalles referentes al trabajo e intentaré
contaros mi experiencia respecto al viaje y la estancia allí.
La presentación en la Conferencia de Paphos |
Desde mi llegada a Chipre el domingo hasta el regreso a
Londres el viernes siguiente, me fui dando cuenta que este viaje estaba claramente
marcado por los contrastes y de ahí el título de este artículo. Para empezar,
pasamos en unas horas del frío de Londres al clima templado (y en ocasiones
cálido) de la isla chipriota. Del abrigo y la bufanda a la manga corta. Además,
en el acto inaugural de la conferencia nos dijeron que la última vez que había
llovido en Chipre había sido en Mayo. Curiosamente de los 6 días que estuve
allí, en tres de ellos la lluvia hizo acto de presencia, diluviando durante un
rato y saliendo el sol en cuestión de minutos.
Unos de los aspectos que más me llamó la atención fue el
contraste entre los preparativos para las fiestas navideñas y el entorno
turístico donde nos encontramos. Me explico. Se me hacía difícil ver árboles de
navidad con nieve artificial y figuras de Papá Noel casi incrustadas en la
arena de la playa mientras, al mismo tiempo, el sol y la temperatura hacían
posible el poder darse un chapuzón (de hecho, creo que es la primera vez en mi
vida que me baño en la playa en pleno Diciembre).
Por otra parte, todos sabemos que en España tenemos unas
determinadas costumbres y en Londres otras diferentes. Pues bien, en Chipre
todo se mezcla y hace que yo ahora mismo tenga un cacao en la cabeza bastante
considerable. Por ejemplo:
Del frío de Londres al clima templado de Chipre |
1. En España conducimos por la derecha y medimos la
distancia en kilómetros. En Londres conducen por la izquierda y miden la
distancia en millas. Pues bien, en Chipre conducen por la izquierda (como en
Londres) pero miden la distancia en kilómetros (como en España).
2. Suponemos que en España son las 5 de la tarde. Cuando
estoy en Londres, son las 4 con lo que es una hora menos que en España. Ahora
me voy a Chipre y son las 6 (una hora más que en España y dos horas más que en
Londres). Resumiendo: yo ya no sé cuándo son horas razonables para llamar a la
familia que está en España.
3. El idioma también es un tema destacado. En Chipre ya no
basta con saber inglés y castellano, aquí el idioma más hablado es el griego. Y
aunque con el inglés podamos entendernos perfectamente, gran parte de los
carteles, anuncios o incluso las cartas de los restaurantes aparecen en griego
(y teniendo en cuenta que únicamente sé decir “buenos días” y “gracias” en
griego…).
4. Salgo de España con euros. Llego a Londres y empiezo a
utilizar las libras. Aterrizo en Chipre y vuelvo a pagar con euros. Regreso a
Londres y vuelta de nuevo a las libras. Todo ello contando que llevo conmigo
una única cartera, os podréis imaginar el jaleo que me puedo montar a la hora
de pagar.
Para acabar de contaros mi viaje y esperando que no se haga
muy pesada la lectura, os cuento la anécdota relacionada con el fútbol que me
ocurrió allí. La semana de la conferencia coincidía con la última jornada de la
primera fase de la Champions League. Y de todos los partidos, posiblemente el
Chelsea contra el Valencia (en Londres, por cierto) era el más interesante de
todos porque se jugaban la clasificación. Por tanto, estuve buscando un pub
para poder verlo allí pero cerca de mi hotel no lo encontré. Me fui entonces a
la habitación con la esperanza de que lo echasen en alguno de los canales
internacionales disponibles. Desgraciadamente, hay un equipo chipriota en la
Champions así que me tuve que conformar con ver un “interesantísimo” (por
supuesto, en modo irónico) Apoel de Nicosia contra el Shaktar Donetsk. Lo
triste que es lo acabé viendo entero.
Bueno, ya me despido pero antes quiero enviar un fuerte
abrazo a todos mis jugadores del Alevín. A pesar de la distancia, sufro todas
las semanas sabiendo que estamos pasando por una mala racha de la que no
conseguimos salir. Tenemos que seguir trabajando para volver a las victorias y
a la posición en la clasificación que nos corresponde. En muy poco tiempo ya
estaré de nuevo por ahí dándoos la paliza.
Saludos a toda la gente del Lada,
Marcos
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