jueves, 15 de diciembre de 2011

El viaje de los contrastes

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Saludos a todos desde Chipre,
Justo a la mitad de mi estancia en Londres, he tenido que desplazarme durante una semana a Paphos (Chipre). En este caso el motivo de mi viaje es la asistencia y participación en una conferencia internacional en el ámbito de la informática. En dicho evento, he tenido que realizar una presentación de media hora al resto de asistentes describiendo la investigación llevada a cabo durante los últimos meses (adjunto una foto del momento de la presentación). No entraré en detalles referentes al trabajo e intentaré contaros mi experiencia respecto al viaje y la estancia allí.
La presentación en la Conferencia de Paphos
Desde mi llegada a Chipre el domingo hasta el regreso a Londres el viernes siguiente, me fui dando cuenta que este viaje estaba claramente marcado por los contrastes y de ahí el título de este artículo. Para empezar, pasamos en unas horas del frío de Londres al clima templado (y en ocasiones cálido) de la isla chipriota. Del abrigo y la bufanda a la manga corta. Además, en el acto inaugural de la conferencia nos dijeron que la última vez que había llovido en Chipre había sido en Mayo. Curiosamente de los 6 días que estuve allí, en tres de ellos la lluvia hizo acto de presencia, diluviando durante un rato y saliendo el sol en cuestión de minutos.
Unos de los aspectos que más me llamó la atención fue el contraste entre los preparativos para las fiestas navideñas y el entorno turístico donde nos encontramos. Me explico. Se me hacía difícil ver árboles de navidad con nieve artificial y figuras de Papá Noel casi incrustadas en la arena de la playa mientras, al mismo tiempo, el sol y la temperatura hacían posible el poder darse un chapuzón (de hecho, creo que es la primera vez en mi vida que me baño en la playa en pleno Diciembre).
Por otra parte, todos sabemos que en España tenemos unas determinadas costumbres y en Londres otras diferentes. Pues bien, en Chipre todo se mezcla y hace que yo ahora mismo tenga un cacao en la cabeza bastante considerable. Por ejemplo:
Del frío de Londres al clima templado de Chipre
1. En España conducimos por la derecha y medimos la distancia en kilómetros. En Londres conducen por la izquierda y miden la distancia en millas. Pues bien, en Chipre conducen por la izquierda (como en Londres) pero miden la distancia en kilómetros (como en España).
2. Suponemos que en España son las 5 de la tarde. Cuando estoy en Londres, son las 4 con lo que es una hora menos que en España. Ahora me voy a Chipre y son las 6 (una hora más que en España y dos horas más que en Londres). Resumiendo: yo ya no sé cuándo son horas razonables para llamar a la familia que está en España.
3. El idioma también es un tema destacado. En Chipre ya no basta con saber inglés y castellano, aquí el idioma más hablado es el griego. Y aunque con el inglés podamos entendernos perfectamente, gran parte de los carteles, anuncios o incluso las cartas de los restaurantes aparecen en griego (y teniendo en cuenta que únicamente sé decir “buenos días” y “gracias” en griego…).
4. Salgo de España con euros. Llego a Londres y empiezo a utilizar las libras. Aterrizo en Chipre y vuelvo a pagar con euros. Regreso a Londres y vuelta de nuevo a las libras. Todo ello contando que llevo conmigo una única cartera, os podréis imaginar el jaleo que me puedo montar a la hora de pagar.
Para acabar de contaros mi viaje y esperando que no se haga muy pesada la lectura, os cuento la anécdota relacionada con el fútbol que me ocurrió allí. La semana de la conferencia coincidía con la última jornada de la primera fase de la Champions League. Y de todos los partidos, posiblemente el Chelsea contra el Valencia (en Londres, por cierto) era el más interesante de todos porque se jugaban la clasificación. Por tanto, estuve buscando un pub para poder verlo allí pero cerca de mi hotel no lo encontré. Me fui entonces a la habitación con la esperanza de que lo echasen en alguno de los canales internacionales disponibles. Desgraciadamente, hay un equipo chipriota en la Champions así que me tuve que conformar con ver un “interesantísimo” (por supuesto, en modo irónico) Apoel de Nicosia contra el Shaktar Donetsk. Lo triste que es lo acabé viendo entero.
Bueno, ya me despido pero antes quiero enviar un fuerte abrazo a todos mis jugadores del Alevín. A pesar de la distancia, sufro todas las semanas sabiendo que estamos pasando por una mala racha de la que no conseguimos salir. Tenemos que seguir trabajando para volver a las victorias y a la posición en la clasificación que nos corresponde. En muy poco tiempo ya estaré de nuevo por ahí dándoos la paliza.
Saludos a toda la gente del Lada,
Marcos

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